jueves, 19 de marzo de 2009

Un rebaño de ovejas se manifiesta en Pinos Puente

Era una mañana cualquiera. Miguel Fernández y sus ovejas paseaban tranquilamente, como en días anteriores. Hasta el momento, desde antaño, los agricultores y los ganaderos se entendían de forma oral, beneficiándose mutuamente: las ovejas se alimentaban y a la vez dejaban limpias de malas hierbas las tierras. Todo fluía con normalidad, según Fernández, hasta que hubo un cambio en la presidencia de la comunidad de regantes.

Según el ganadero, el nuevo presidente le tiene manía. «Me tiene interés porque soy gitano. Yo nunca he tenido ningún problema con nadie, ni con los agricultores. Ahora que está él, tengo una denuncia», dice Fernández. Según el afectado, un día que se encontraba trabajando, el presidente esperó a que pasara la última oveja al pasto, –«incluso me saludó amablemente», aclara– para llamar a los municipales. Es más, como bien explica Fernández, «una patrulla del Seprona les ha pillado echando veneno a las plantas para que las ovejas no puedan comer y sobre la denuncia que les pusieron por estos vertidos nadie sabe nada. Además han dicho por ahí que yo he denunciado a la comunidad de regantes para ponerles en mi contra».

Para complicar más la historia, Fernández cuenta cómo avisaron a todos los ganaderos de la prohibición de pastar en determinadas zonas: a todos menos a él, por eso, la denuncia surge efecto. «Ahora no puedo sacar las ovejas de la puerta. Yo no tengo dinero para comprar pienso, el presidente lo sabe, y el único medio de alimentación de las ovejas es el pasto». La mujer del pastor, Lina Carmona, va un poco más allá. Ella se lamenta de que «sin darle de comer a las ovejas yo no puedo alimentar a mis tres hijos. Y encima me dicen esta mañana que las ovejas se tenían que morir de hambre». Un vecino les defiende mostrándose firme en su juicio, preguntándose por qué no denuncian a los políticos, como el señor Morales que, desde las avionetas lanzan veneno a las plantas, impiden el pasto y el desarrollo de los humildes vecinos de Pinos Puente.

Conformidad
Pero la cosa no acaba ahí. El ganadero, analfabeto, firmó un papel en el que, según le explicaron, mostraba conformidad con la responsabilidad por daños que pudiera causar en las acequias en el ejercicio del pastoreo. Fernández, sin saberlo, parece que firmó un escrito en el que se le informaba de la prohibición expresa de penetrar con sus ovejas en determinadas zonas. «Yo no se leer y me han engañado», dice con tristeza el afectado. Otro agravante, afirma el ganadero, es la consecuencia de la relación padre-hija entre el presidente de la comunidad de regantes y la concejal de Agricultura, Cristina Guzmán: «el padre llamaba a la hija para mandarme a los municipales porque soy gitano. Es un problema de racismo».

La otra cara de la moneda es el Ayuntamiento. Desde la institución afirman, confirmando la versión del ganadero, que el acuerdo entre los ganaderos y los agricultores siempre ha sido oral pero que eso ha cambiado. Ahora, «por un acuerdo pactado en la junta central de usuarios resulta un requisito para el pastoreo solicitar, por escrito, una autorización», según explica el alcalde de Pinos Puente, Mario García. Pretenden así establecer una regulación que controle quién entra a los pastos y con cuántas reses para determinar los posibles daños.

Todo en cuestión
La concejal por su parte ha explicado que «los vertidos en las plantas son unos plaguicidas consecuencia de un recurso que planteó el Ayuntamiento para mantener los caminos rurales y limpiar las lindes del camino».

La edil ha añadido en su defensa, respecto a la acusación de racismo y el aprovechamiento de su cargo por parte de su padre, que «están sacando punta de donde no hay». Sobre los documentos que firmó el ganadero con desconocimiento de causa afirman que no saben de qué escrito se trata y que «sin duda es ajeno al ayuntamiento».

La historia no ha terminado. El Ayuntamiento ha decidido actuar de mediador ya que la circunstancia «le es ajena» y plantea como solución establecer turnos en las fincas de la localidad adecuados a cada rebaño. Como bien dice el alcalde, Pinos Puente es un área que vive de la actividad agrícola y ganadera, así que por el bien de la localidad, de la familia Fernández y de sus ovejas, sea posible el acuerdo.
Fuente: Ideal.es

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