domingo, 17 de marzo de 2013

DISCURSO XI CONGRESO PROVINCIAL ORDINARIO JSA GRANADA | PINOS PUENTE, 16 DE MARZO 2013


Compañeros y compañeras: 

Muchas veces he intervenido ante vosotros y vosotras. Esta vez lo hago mediante una reflexión profunda, y lo hago porque creo he tenido la gran suerte pertenecer a esta generación de jóvenes políticos que forman las Juventudes Socialistas de Granada. 

Quizá nos resulte habitual, comenzar cualquier acto de partido o de juventudes con esas palabras. 

Sin embargo, por cotidianas que nos parezcan o por acostumbrados que estemos a escucharlas, no podemos quitarle su significado. Esas letras representan mucho. Hablan de ideales, hablan de compromiso, hablan de utopía, hablan de inconformismo, hablan de valores… 

Probablemente, el convertirse en compañeros o compañeras nazca de un acto tan simple como poner nuestro nombre en una ficha. Pero desde ese momento, lo que nos une es mucho más que lo que nos separa, y para que poder llevar a la práctica aquel sueño, por el que firmamos ese día aquella ficha, no es que sea que nos quede más remedio que tener que remar en la misma dirección, sino que debe ser nuestro orgullo formar parte de esa larga empresa. 

Dos años y medio han pasado desde el congreso donde la unanimidad de esta provincia decidiera que nos creíamos firmemente una unidad como fuerza cuya base era el trabajo. 

GRACIAS !!!! Gracias por haber confiado en mí. Gracias por confiar en este proyecto, que no es mío, sino vuestro. 

Vosotros y vosotras habéis decidido que esta organización siga avanzando y construyendo su futuro, desde la rebeldía y las ganas de querer cambiar las cosas. 

Tomé el testigo con ilusión y compromiso; pero también con inconformismo, porque esos pilares tienen que ser nuestro “carné” de joven socialista. 

En este tiempo, hemos comprobado que por encima de personalismos y de rencillas inútiles, si puede haber algo, es la voluntad de trabajo y la creencia de que las cosas se pueden hacer bien, sobre todo, trabajando juntos y unidos. 

Hemos demostrado que esto que llamamos Juventudes Socialistas puede ser una herramienta eficaz para hacer política. 

Tengo, agradeceros el compromiso a todos los compañeros y compañeras que hace dos años y medio confiaron en mí, y que durante estos años han seguido a mi lado trabajando para que Juventudes Socialistas de Granada fueran algo por lo que valiera la pena dedicar el tiempo. Ha sido duro en algunas ocasiones renunciar por el interés colectivo del proyecto de Juventudes. 

Os he pedido muchas veces que hagáis ese esfuerzo por el bien común, y habéis sabido generosamente darme una y otra vez vuestro voto de confianza, vuestro apoyo y vuestro trabajo cuando más lo hemos necesitado. 

Lo que es, o lo que tiene que ser Juventudes Socialistas, no está escrito en ningún manual o estatuto. 

Está en la voluntad, en la humildad, en el trabajo y en el compromiso de quiénes están al frente de un proyecto común, y por lo tanto, cada día ha de mirar al futuro imaginando cómo queremos que sea, para seguir avanzando hacia él. Y os quiero ver, una vez más, en ese mismo frente. 

Si de algo estoy hoy seguro, es que los prejuicios siempre son malos consejeros. Hemos aprendido a trabajar juntos y a respetar las diferentes formas y personalidades. 

Hemos aprendido, que un compañero nuevo que viene con ganas de trabajar en Juventudes Socialistas, es un aliciente, y un motivo de alegría colectiva, para motivarnos a seguir trabajando. 

Y sobre todo, hemos aprendido a no ser autocomplacientes, pero de una forma constructiva y productiva, pues de otro modo la sólo sirve para ponernos piedras en el camino. 

En vosotros y vosotras está el presente y el futuro del proyecto socialista, por lo que en vuestras manos, ahora más que nunca, está esta organización 

Es verdad que en este tiempo hemos trabajado y mucho. Pero hubiera sido mucho más difícil si los que estaban al frente del partido no hubieran reconocido la potencialidad que tenían las Juventudes Socialistas y hubieran decido mirar hacia otro lado ante las reivindicaciones que nosotros les hemos puesto sobre la mesa, por eso hoy, hay muchos compañeros y compañeras del PSOE quieren acompañarnos, porque saben que Juventudes Socialistas sabemos hacer política de una forma responsable y respetuosa, pero a la vez comprometida. 

Ahora más que nunca, hay cosas que cambiar y que mejorar, tanto de cara a nuestra organización como de cara a la sociedad en general. 

Nos ha tocado vivir años muy duros, una situación muy difícil. 

Qué duda cabe que hoy día algo no va bien. Pero quizá nos llevemos a engaños endogámicos si pensamos que es la crisis financiera lo que está asfixiando el mundo. 

Probablemente desde nuestra óptica occidental eso nos parezca, y no nos falte razón. 

Pero lo que está fallando es lo que ya fallaba hace siglos; fue lo que llevó a ciertos utópicos empezar a hablar de socialismo. 

Fue lo que llevó a otros para teorizar sobre una “lucha de clases”. Y fue lo que motivó revoluciones y rebeliones sociales: la desigualdad. 

Por combatirla nacieron nuestros ideales, y aunque nos duela, todavía existe en diversas formas y manifestaciones, de tal manera que aunque parezca que no, se torna más importante nuestra ideología y nuestra creencia en superarla. 

Es sin duda un momento crucial para nuestra organización, y digo organización en un sentido amplio: es un momento crucial para el socialismo de nuestro país. 

Pero, tenemos que tener mucho cuidado. En los momentos de catarsis, las decisiones a la ligera se pagan caras a largo plazo, y probablemente sea éste el momento de pensar a largo plazo. La sociedad de este país durante muchos años se ha sentido mayoritariamente orgullosa de habernos votado. A mi juicio, ello viene de que nuestras siglas, inspiraban un modelo de sociedad al que muchos querían llegar. Y probablemente, por muy diversas causas, hayamos dejado de lado esa utopía y la gente se haya desilusionado por ello. 

Si sigue existiendo necesidad de socialismo, es sin duda porque aunque la sociedad progrese, sigue existiendo desigualdad. En nuevas formas ? Desde luego. Para ello actualicémonos, contra esas nuevas formas, nuevos modos de hacer y construir socialismo; pero los pasos que ya hemos dado en pro de la igualdad tienen que ser reivindicados, y protegidos, mientras buscamos el camino de la actualización. 

Nuestra meta, no es otra que la S, de Socialismo. Mientras haya desigualdad social, será necesario el socialismo. Mientras haya injusticia social, será necesario el socialismo. Quizá no sea necesario detenerse en definirlo. Sin embargo, quizá sí que sea necesario examinar cuáles son sus manifestaciones en nuestro siglo y empezar a pensar cómo llevar a cabo la justicia. En nuestros municipios. En nuestras provincias. En nuestra tierra, Andalucía; en nuestro país, España. En nuestro marco continental, Europa. 

Identificar las desigualdades, en cada ámbito; ponerle caminos y vías para solucionarlo; y comenzar a luchar por ello, es ser socialistas del siglo XXI. Lógicamente, nuestro papel está en articularnos como organización para aportar nuestro grano de arena para cada ámbito. 

Y nuestra gente, no es otra que la obrera. Quizá haya quién piense que hoy no hay clase obrera. Pero si por obrera consideramos a toda la gente que obra (o trabaja) para poder vivir, sin tener en cuenta a quiénes viven de rentas, herencias, dádivas… tan obrero es el pequeño empresario como los empleados que tiene a su servicio; tan obrero es el funcionario público como el asalariado que está en una empresa privada; o tan obrero es el jornalero del campo como el pequeño agricultor que cultiva sus tierras. 

Hoy día, la complejidad social hace que existan muchas formas de obrar. Y gracias a muchos avances, hoy no sólo son obreros sino además ciudadanos. He ahí parte de la grandeza de nuestro proyecto ya conseguido. 

Y nunca hubo otro camino para ilusionar con nuestro proyecto, que hacer pedagogía política sobre nuestro camino y nuestra meta. Pedagogía que empieza dando ejemplo y acaba por dar explicaciones de los pasos dados. 

De cara al futuro, compañeros y compañeras, creo que debemos construir futuro con estilos de hacer política, y no con modas. 

Debemos construir con hechos, y no con simples palabras o eslóganes. Debemos escuchar más y mejor, y hablar menos, y también mejor. Separarnos de los debates sobre los medios, y en los medios, e ir a los debates sobre los fines. 

Y sobre todo, no olvidar que la organización a la que pertenecemos tiene más de cien años. Que ésta, está impregnada por el sudor y hasta la sangre de muchos que llegaron y se fueron antes, y que nuestra misión es que nuestro trabajo también la enriquezca. Que el JSA  no es patrimonio de nadie, porque es patrimonio de todos y todas, y que así tiene que seguir siendo. 

Para un joven socialista, la verdad más dura hoy, es que la injusticia está en muchas formas que nos impiden emanciparnos como personas libres. Mientras éstas existan, pelearemos contra ellas. Pelearemos desde el Socialismo. 

“El error más grande que puedes cometer es el tener miedo de cometer un error”. Nunca tengamos miedo de intentar: en este tiempo, nos hemos caído, pero cada vez que nos levantábamos, lo hacíamos siendo más fuertes. 

Sigamos nuestros sueños, planteemos metas ambiciosas, no importa lo grandes que en un principio puedan parecer. 

Las metas grandes y las metas pequeñas empiezan todas de la misma manera: con un primer paso. Así que hoy, compañeros y compañeras, os invito a que sigamos dándolos juntos. 

Para eso nos afiliamos y para eso estamos aquí. 

Los jóvenes socialistas tenemos que ser el altavoz de las medidas socialistas en el lenguaje de la calle, ser un amplificador de nuestras políticas en el tú a tú de cada día, y también ser esponjas de las necesidades y demandas de nuestros compañeros de trabajo, o de clase, de los vecinos del barrio, o del grupo de amigos. 

El socialismo siempre tiene nuevos comienzos, pero siempre el mismo hilo conductor, nos son otros que la solidaridad y la igualdad. 

Una reflexión que podéis hacer cuando alguien os diga que no hace falta la política, o que no hace falta ideología, es la siguiente. 

A caso no hay injusticias ? 

Acaso es justo que en un país desarrollado se considere que una persona por el mero hecho de haber nacido en un país distinto, tenga que tener menos derechos ???? 

Es justo que esas personas no tengan derecho a ser atendidas en nuestro sistema sanitario ???? 

Acaso es justo que personas que han trabajado toda su vida, y ahora por motivos ajenos a ellos no puedan terminar de pagar sus viviendas y tenga que ser desahuciadas y vivir en la calle ??? 

Acaso es justo, que personas que se encuentran una tarjeta de crédito y la utilizan para comprar cosas de primera necesidad vayan a la cárcel, y los familiares del rey por ser ellos sean tratados de manera preferente ??? 

Mientras siga habiendo una mínima manifestación de desigualdad, hará falta el socialismo y la política, como función igualitaria. 

Pero ante todo, tenemos que ser creativos, imaginativos, inventar un futuro mejor que no se parezca en nada a lo peor del pasado, y que por tanto sea mejor, en el sentido más justo e igualitario. 

En definitiva, se trata de hacer política con voluntad. 

Se trata de hacer, política desde el corazón. 

Muchas gracias.